LA BELLEZA FLORAL DEL HANAL PIXÁN EN MÉRIDA ENFRENTA DESAFÍOS ECONÓMICOS



Las calles de Chuburná se han convertido en un vibrante jardín de colores, a medida que se aproxima el Hanal Pixán, la tradicional celebración yucateca que rinde homenaje a los difuntos. Este evento ancestral está marcado por la ornamentación con flores como el amor seco, virginias, abanico y el emblemático cempasúchil, que embellecen las principales avenidas de la colonia, generando una atmósfera festiva y significativa. Las coloridas decoraciones no solo alegran el entorno, sino que también simbolizan el respeto y el amor hacia los seres queridos que han partido.

Sin embargo, tras esta impresionante exhibición floral, se esconde una realidad económica complicada. Los floristas locales han reportado un incremento en los precios de las flores que oscila entre el 20 y el 40 por ciento en comparación con el año anterior. Este aumento es el resultado de múltiples factores, incluyendo las condiciones climáticas que, en 2024, fluctuaron entre una sequía intensa y lluvias abundantes. Además, la inflación y el aumento de los costos de producción han forzado a los comerciantes a elevar sus precios para poder mantener márgenes de ganancia.

Julián Mugarte, un comerciante de flores con un puesto semifijo en Chuburná, comparte que la competencia ha crecido notablemente desde la reanudación de las actividades comerciales tras la pandemia. Esta situación ha hecho que obtener ingresos adicionales durante esta temporada se vuelva más complicado, ya que muchos vendedores de flores parecen surgir en cada esquina. Mugarte señala que, aunque los costos de las flores han aumentado, su situación ha empeorado porque los proveedores también han incrementado sus precios, lo que les obliga a realizar ajustes en sus propios precios.

Tradicionalmente, con una inversión de mil pesos, los floristas solían obtener ganancias de hasta 400 pesos. Sin embargo, el aumento de los costos ha reducido estas utilidades. Por ejemplo, el cempasúchil, una de las flores más populares que proviene del centro del país, ahora permite ganancias promedio de solo 200 pesos. Esto ha llevado a muchos vendedores a reconsiderar su estrategia de ventas y a trabajar arduamente para compensar el impacto de los precios en su negocio.

A pesar de estos desafíos, los floristas se mantienen optimistas y están comprometidos a ofrecer sus productos. Eddie, Noé y Daniel, quienes tienen un puesto cercano al mercado de Chuburná, están dispuestos a trabajar 24 horas al día hasta el 2 de noviembre para asegurar que sus flores y otros elementos para el Hanal Pixán estén disponibles. Aunque la naturaleza perecedera de los productos representa un riesgo, confían en que la afluencia de clientes les permitirá obtener las ganancias necesarias.

Los precios de las flores están adaptados a diferentes presupuestos, con ramos pequeños de amor seco, virginias, abanico y cempasúchil que varían entre 40 y 80 pesos, dependiendo del tamaño y la variedad. Además, hay opciones más grandes que pueden llegar a costar hasta 200 pesos, incluyendo variedades más coloridas que, aunque no son tradicionales para los altares, han ganado popularidad. A pesar de las dificultades económicas, los comerciantes confían en que la profunda tradición del Hanal Pixán continuará atrayendo a los yucatecos a comprar sus productos y a honrar a sus seres queridos.

El Hanal Pixán no es solo una celebración del recuerdo de los muertos; es una ocasión para reflexionar sobre la vida, la muerte y la importancia de recordar a nuestros ancestros. En Chuburná, esta rica tradición se vive intensamente, y las flores juegan un papel crucial en la creación de un ambiente de respeto y amor hacia aquellos que ya no están.