ECOCIDIO EN NOHALAL: TEMEN QUE EL VENENO EN EL AIRE Y EL AGUA AFECTE A TODA LA COMUNIDAD
En la comunidad de Nohalal, al sur de Yucatán, la muerte masiva de abejas se convirtió en una alerta sanitaria que preocupa cada vez más a sus habitantes. Lo que comenzó como una pérdida devastadora para la apicultura local, se ha transformado en una amenaza ambiental y humana, luego de que estudios toxicológicos confirmaran la presencia del insecticida fipronil, clasificado como altamente peligroso. La sustancia no solo exterminó a más de tres millones de abejas, sino que ahora podría estar afectando el agua, el aire y la salud de quienes viven cerca de las zonas fumigadas.
Las primeras señales fueron el silencio inusual en los apiarios y las colmenas vacías. Pero ahora, el temor se ha expandido hacia los pozos de agua que la comunidad consume a diario. Emilia Gómez Barrera, comisaria municipal y apicultora afectada, lidera la organización de las familias damnificadas, mientras se coordinan acciones legales para responsabilizar al causante del desastre. En su casa, convertida en centro de reunión y denuncia, los pobladores han empezado a expresar su miedo por los síntomas que han empezado a aparecer en niños y adultos.
El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) confirmó en un informe que las abejas analizadas presentaban residuos de fipronil en concentraciones letales. Según los investigadores, al menos 349 hectáreas fueron afectadas por el químico, cuya fuente podría ubicarse al norte del área contaminada, según los análisis de viento. Este pesticida no solo ha afectado a las abejas melíferas, sino también a insectos silvestres y especies ancestrales como la melipona Xunán Kab’, consideradas patrimonio biocultural maya.
Además de los riesgos a la salud humana, la tragedia ha provocado pérdidas económicas severas. Ecosur estima que más de 495 días de empleo se han perdido en el campo y que las pérdidas materiales alcanzan los 465 mil pesos, sin contar los efectos ambientales. Emilia y otros productores exigen justicia, apoyo económico y, sobre todo, acciones urgentes para frenar lo que consideran el inicio de una catástrofe ambiental. Mientras tanto, la comunidad sigue con miedo, colmenas vacías y sin respuestas claras sobre qué hay en el agua que beben o en el aire que respiran.
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#BMnoticias | En Nohalal, Yucatán, temen que el uso de pesticidas haya contaminado el agua que consumen. Un ecocidio que mató millones de abejas ahora pone en riesgo la salud de toda la comunidad.