ACERCA DE LA RELACION DE LOS CARTELES Y LA INDUSTRIA PESQUERA: JUANJ. GARCÍ A M.

La relacion de los carteles de la droga y la industria pesquera no es de ahora, es de hace muchos años y se debe a la falta de control del Gobierno a dicha industria

En días pasados leí una nota del periódico El País, en el cual se comentaba que el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) están controlando la comercialización legal e ilegal de los productos pesqueros y madereros de nuestro país, pues tienen vínculos con los pescadores y tala montes furtivos, pues China tiene una gran sed de especies marinas como la totoaba, pepino de mar, abulón y tiburón. A estos pescadores les pagan con drogas como fentanilo o metanfetaminas por su captura, la cual los carteles a su vez se las venden o intercambian a China por precursores químicos para producir dichas drogas.

En dicho reportaje se hace mención que entre los estados donde este vínculo entre los carteles antes mencionados y la industria pesquera se encuentran los del oeste de la República, Península de Yucatán, Tamaulipas y Veracruz. Esto no es nuevo, lleva decenios sucediendo, ya que desde la desaparición de la Secretaria de Pesca a fines de los ochenta y principios de los noventas, se perdió el control no solo de las embarcaciones y las cantidades de la captura de productos pesqueros, la cual era parte de las funciones de dicha Secretaria.

Me explico, cada embarcación pesquera comercial debía de contar con matrícula, la cual otorga la Capitanía de Puerto en la que está dada de alta cada embarcación y del permiso de pesca, que era otorgada por la Secretaria de Pesca, esta se daba de acuerdo a la especie que iba capturar y tipo de embarcación. Normalmente en nuestra península los permisos que se daban a particulares era de escama, moluscos, crustáceos y en el caso de los camarones, en esa época únicamente los podían capturar las Cooperativas de pescadores,

Entre las funciones de la Secretaria e Pesca estaban el control de las embarcaciones dedicadas a la pesca comercial, llevar el control del tipo de especie y el volumen de captura por embarcación, ya que al momento de arribar una embarcación se debía de avisar a la Capitanía de Puerto y esta a su vez daba aviso a Pesca para que un supervisor de esta diera fe y controlara el tonelaje por especie. Este registro que hacia la Secretaria a su vez tenía otro fondo, pues en esa época (como ahora) la mayor parte de la captura se exportaba, principalmente a Estados Unidos.

Pero como siempre pasa en México, los dueños de las embarcaciones solo declaraban una parte de lo capturado (aproximadamente un 60/70%), por lo cual no había un control exacto de la producción de la pesca nacional, la parte declarada normalmente era la que se exportaba, principalmente especies como el huachinango y mero los cuales tenían un alto valor en el mercado de exportación, las demás especies como la rubia, coronado o sierra eran considerados como pacotilla, es decir de muy bajo valor y era lo que se vendía en el mercado nacional.

En esa época era muy complicado conseguir los permisos de pesca y los nuevos permisos se entregaban en su mayoría a las personas o empresas que tenían permisos y capacidad para fabricar o comprar nuevas embarcaciones. La mayor parte del producto pesquero capturado en la península se enviaba a EEUU y entraba por Miami, Florida vía aérea (había en esa época por lo menos 3 vuelos semanales a esa ciudad norteamericana con pescado ya procesado).

Poco después por los cambios de políticas sexenales la Secretaria de Pesca desaparece y se fusiona con la Secretaria de Agricultura y Ganadería, quedando como un departamento de pesca. Esto tuvo como resultado que se perdiera el poco control que existía en esta industria, pues en ese momento cualquiera podía registrar embarcaciones (ficticias o reales) para pesca comercial.

Además, debemos considerar aquellos que talvez se acuerden que durante los primeros años de los noventas salió en las noticias locales que embarcaciones de otras nacionalidades, principalmente cubanas (las cuales contaban con permiso del Gobierno Federal) en las noches entraban a aguas limítrofes nacionales a pescar y contrabandear con los pescadores locales pescado por quien sabe que producto. Esto era consecuencia de que la Secretaria de Marina no contaba (y sigue sin contar) con las embarcaciones necesarias para patrullar nuestras aguas Territoriales.

Y peor ahora con la política gubernamental de abrazos y no balazos los carteles de la droga cada vez más se apoderan de los recursos naturales de nuestro país sin importar la sobre explotación de los mismos, siendo el límite su ambición. Mientras a que a los inversionistas nacionales y extranjeros que son los que crean empleos se les limita de acuerdo a los intereses del gobierno en turno.