Callan autoridades de Holbox y Chiquilá: convierten zona de manglar en estacionamiento

A 150 metros del puerto de cruce entre Chiquilá y Holbox se construye un estacionamiento vehicular para prestar servicio a los visitantes de la isla, sobre lo que antes era un bosque de manglar inundado.

Aunque se trata de una especie protegida por la Norma Oficial Mexicana 059-Semarnat-2010 y su tala amerita sanciones o cárcel, el terreno de alrededor de 5 mil metros cuadrados fue rellenado con sascab y compactado, sin que hasta el momento ninguna autoridad haya frenado las obras.

El terreno se ubica a la izquierda del puerto y aún no se encuentra en operación; sin embargo, tienen varios meses con las obras, afirman trabajadores cercanos al sitio.

Durante las lluvias y el incremento en el nivel del agua, la laguna Yalahau ha recuperado algo de espacio, y las orillas que fueron desmontadas han vuelto a inundarse.

El relleno de sascab, ante las lluvias y humedad natural del sitio, se hunde tan sólo con caminar sobre él, por lo que actualmente resulta inconveniente para ingresar vehículos.

Los manglares de Chiquilá, además de ser una especie de alta importancia ambiental para la vida y economía de la comunidad, se encuentran en el interior del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam, por lo que tienen doble protección.

De acuerdo con los preceptos establecidos en la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección del Ambiente (Leegpa), la Semarnat no puede conceder permisos para la tala y desmonte de especies protegidas, por lo que estos trabajos resultan ilegales.

Estos manglares, además, están incluidos en la lista de Humedales de Importancia Internacional (Ramsar), donde se enlistan ecosistemas de este tipo que son de gran valor, no sólo para el país, sino para la humanidad en su conjunto.

De acuerdo con la bióloga Patricia Santos, especialista en manglares, estos bosques inundados cumplen diversas funciones en el ambiente. Entre las más relevantes se encuentra la de funcionar como una barrera de protección costera ante fenómenos hidrometeorológicos; filtran el agua; son el hábitat de miles de especies de peces y aves; además de capturar cinco veces más carbono que un árbol convencional.